Solemos asociar la felicidad con un estado de
euforia, un ánimo lleno de burbujas. Pero la felicidad es más que eso. La
felicidad son las personas con las que puedes contar, es la mesa compartida, es
la salud y si te falta es saber que estás
en buenas manos de profesionales, es poder orar con confianza en Dios, no
importa con qué nombre le llames. Es extrañar a los seres queridos que no están:
familiares, amigos, vecinos, pero que formaron parte de tu vida y dejaron algo
en ti. Tristeza sería no haberlos tenido! Felicidad es tener trabajo aunque
tengas que levantarte temprano todos los días, felicidad es ver crecer a tus
hijos, a tus nietos. Es levantarte por las mañanas y poder decir “Buenos días”
a tus vecinos. No puedo nombrar a todos mis amigos, pero pienso en algunos
especialmente: En Mercedes que estrena casa allá por Salto, en Selva que
disfruta el título de María José como si fuera suyo (así somos las madres), en Julieta
que trabajó en Nochebuena y Navidad porque hay funciones que no descansan, en Celina
que rindió su último examen,
Yo les deseo a mis amigas/os, a los que están
cerca, a los que están lejos, a los llamados virtuales a todos los que están en
mi corazón, esta felicidad de todos los días, y de vez en cuando un poco de
euforia y de burbujas ¡Cómo no! Un abrazo.
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