sábado, 21 de mayo de 2016
viernes, 20 de mayo de 2016
jueves, 19 de mayo de 2016
sábado, 14 de mayo de 2016
Mes del Libro.Día 14
¿Qué gran libro se publicó el día de tu nacimiento?
https://queleer.com.ve/2014/05/25/que-gran-libro-se-publico-el-mismo-ano-de-tu-nacimiento/
Mes del Libro . Día 13
El zorro y el tatú
El zorro tenía su chacra sin sembrar desde hacía varios años. Era mal labrador y nunca le había atraído el trabajo de la tierra. Esa tarea sedentaria y sucia le parecía indigna de él, tan apuesto, tan movedizo, tan amante de los largos viajes y de la buena cacería. Pero cada día que pasaba sentía con mayor apremio la necesidad de hacer producir esa chacra inútil, pues no siempre andaban bien sus negocios y pasaba hambre con frecuencia. La solución estaba en encontrar un socio que trabajara por los dos.
Pensó en seguida en el quirquincho que es un buen labrador y que como tiene fama de ser poco inteligente, fácilmente podría aprovecharse de su trabajo. Y así fue como buscó al quirquincho y le propuso formar una sociedad. El quirquincho pondría la semilla y el trabajo; el zorro la tierra, y estipularía la forma de repartir el producto. El quirquincho aceptó y dispuso todo lo necesario para dar cumplimiento a lo pactado. El zorro dio entonces sus instrucciones con toda la mala intención.
- Este año, compadre, será para mí lo que den las plantas de la siembra arriba de la tierra, y para usted lo que den abajo.
El quirquincho meditó en el escondido propósito del zorro, el de aprovecharse de su trabajo y de sus bienes, y sembró papas. Cuando llegó la época de la cosecha, a él le correspondieron las papas y al zorro las hojas inútiles que las plantas dan fuera de la tierra.
Al año siguiente, el zorro, molesto por el mal negocio, dijo a su socio:
- Este año, compadre, como es justo, será para mí lo que den las plantas bajo tierra y para usted lo que den arriba.
- Bien, compadre, será como usted dice- replicó el quirquincho.
El quirquincho sembró, entonces trigo. Cuando estuvo maduro lo segó, llenó su granero de espigas, y le entregó al zorro una carga de raíces sin ninguna utilidad.
No me dejaré burlar más, pensó, y le dijo al compadre:
- Este año, ya que usted ha sido tan afortunado con las cosechas anteriores, será para mí lo que den las plantas arriba y debajo de la tierra, y para usted lo que den en el medio.
- Bien, compadre, ya sabe que respeto su opinión- dijo el quirquincho. El quirquincho sembró maíz. En la época precisa levantó la cosecha y llenó su granero de magníficas mazorcas. Al zorro le entregó una parva hecha con las cañas, los penachos y las raíces del maizal.
El zorro quedó así, en tres años, reducido a la mitad de la miseria y el quirquincho progresó gracias a su trabajo honrado.
Y ese fue el castigo a la mala fe del socio tramposo.
Mes del Libro. Día 12
MADRE
"Por culpa del azar o de un desliz, cualquier mujer puede convertirse en madre. Dios la ha dotado a mansalva del "instinto maternal" con la finalidad de preservar la especie. Si no fuera por eso, lo que ella haría al ver a esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería arrojarla a la basura. Pero gracias al "instinto maternal" la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos 21 años. Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y lavar pañales, que terminar los estudios, triunfar en una carrera o mantenerse delgada. Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, tomen leche...
Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque no están en nada. Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar. Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas. Es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo. Es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno. Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan. Es decir que "son cosas de la edad" cuando la mandan al carrizo. Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año: el Día de la Madre. El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho. Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano. Por suerte hay una sola. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces."
Isabel Allende
Mes del Libro. Día 11
ALLÍ DONDE SE QUEMAN LOS LIBROS,
SE ACABA POR QUEMAR A LOS HOMBRES.
(Heinrich Heine)
martes, 10 de mayo de 2016
Mes del Libro. Día 10
Algo grave va a suceder en este pueblo
Imagínese
usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno
de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de
preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:
-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.
-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.
Ellos
se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que
pasan. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una
carambola sencillísima, el otro jugador le dice:
-Te
apuesto un peso a que no la haces.
Todos
se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le
preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Contesta:
-Es
cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre
esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo.
Todos
se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con
su mamá o una nieta o en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice:
-Le
gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.
-¿Y
por qué es un tonto?
-Hombre,
porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su
mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este
pueblo.
Entonces
le dice su madre:
-No
te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.
La
pariente lo oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:
-Véndame
una libra de carne -y en el momento que se la están cortando, agrega-: Mejor
véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es
estar preparado.
El
carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de
carne, le dice:
-Lleve
dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y
se están preparando y comprando cosas.
Entonces
la vieja responde:
-Tengo
varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras.
Se
lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero
en media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo
el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando
que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde,
hace calor como siempre. Alguien dice:
-¿Se
ha dado cuenta del calor que está haciendo?
-¡Pero
si en este pueblo siempre ha hecho calor!
(Tanto
calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y
tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.)
-Sin
embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
-Pero
a las dos de la tarde es cuando hay más calor.
-Sí,
pero no tanto calor como ahora.
Al
pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la
voz:
-Hay
un pajarito en la plaza.
Y
viene todo el mundo, espantado, a ver el pajarito.
-Pero
señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.
-Sí,
pero nunca a esta hora.
Llega
un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están
desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
-Yo
sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy.
Agarra
sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la
calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que
dicen:
-Si
éste se atreve, pues nosotros también nos vamos.
Y
empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los
animales, todo.
Y
uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:
-Que
no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa -y entonces la
incendia y otros incendian también sus casas.
Huyen
en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de
ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando:
-Yo
dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca.
Gabriel García Márquez
Mes del Libro. Día 9
Me alimento y adivino
Col es mi nombre
Oro parece,
plata no es,
el que no lo sepa
un tonto es.
plata no es,
el que no lo sepa
un tonto es.
Te lo digo y
te repito
y te lo debo avisar,
que por más que te lo diga
no lo vas a adivinar.
y te lo debo avisar,
que por más que te lo diga
no lo vas a adivinar.
No toma té, ni toma
café,
y está colorado,
dime ¿Quién es?
y está colorado,
dime ¿Quién es?
Esta legumbre deshoja
Un aceite nutritivo
En que el chino remoja
Arroz para seguir vivo.
Es blanca por dentro
Y amarilla por fuera
Si quieres saber, espera.
En el monte de Man
Mataron a Da
Y los hijos de Ri
Me dijeron que na.
De apellido Floral
Si lo quieres saber
A la huerta has de marchar.
Pi pi cantan los pájaros
Miento y digo la verdad
Por muy listo que seas
Creo que no acertarás.
Agua pasa por mi casa
cate por mi corazón.
El que no lo adivinara,
será un burro cabezón
A mi me
tratan de santa
y conmigo
traigo el día.
soy
redonda y encarnada
y tengo
la sangre fría
sábado, 7 de mayo de 2016
Mayo. Mes del Libro. Día 7
Compartamos este precioso cuento!!!
Un mojado miedo verde
Graciela Falbo
Tomado
de: http://www.imaginaria.com.ar/05/3/miedo.htm
Hay
alguien atragantado de miedo, metido hasta el cuello, en las aguas quietas de
Laguna Verde.
Hoy, precisamente hoy, empieza la Gran Fiesta del Pescado Frito y , como todos los años, Laguna Verde se llena de pescadores que llegan desde lugares lejanos, alegres, con sus tanzas, sus cañas, sus anzuelos. Si supieran lo que está pasando, no se meterían con sus frágiles botes en las aguas, en apariencia tranquilas, de la laguna, ni remarían, buscando peces, hasta el centro mismo de las aguas mansas.
Tampoco las parejas de enamorados se perderían entre los juncos para besarse al sol. Porque... Hay un monstruo verde en la Laguna Verde. No existe en el mundo nada más horripilante que este monstruo lagunoso. Tiene dos pares de patas que terminan en sólidas garras afiladas. Su cuerpo es verde mate cocido, como el agua de la laguna. Su piel, rugosa y áspera y también viscosa por el lado de atrás. Sus ojos son amarillos pero, cuando empieza a oscurecer, se vuelven rojos como la sangre... Y, además, tiene una cola oblicua llena de púas que hace cimbrar, como una serpiente negra. De la cabeza a las patas, el monstruo mide casi cuatro metros. Sin embargo nadie lo ha visto nunca porque su piel verde se confunde con el agua verde de la laguna.
Nadie sabe que está ahí.
Nadie, no..., alguien sí lo sabe. Alguien que, sumergido hasta el cuello en el agua, está viendo algo que lo deja mudo, algo que lo paraliza de terror...
Los botecitos de los pescadores comienzan a deslizarse por la laguna, livianos como mosquitas de colores. Avanzan lentamente, sigilosos, para no alertar a los peces. Todo está ligeramente envuelto en un tranquilo silencio; apenas si se escucha el chapoteo suave de los remos al cortar el agua, y el canto alegre de las chicharras.
Ninguno imagina que, a pocos metros, alguien paralizado por el terror, con el agua hasta el cuello, tirita de miedo.
El monstruo de la laguna verde es carnívoro.
Su larguísima lengua roja actúa como un látigo de acero que atrapa, tritura y muele, igual que una multiprocesadora. Gracias a su vertiginosa lengua, el monstruo sería capaz de devorarse hasta un buey y digerirlo como a una aceituna.
En la oscuridad de la noche, sus ojos rojo-sangre parecen dos estigmas de fuego, capaces de aterrar al más valiente.
Pero ahora es de día, y alguien tiembla en la laguna; tiembla sin poder gritar, sin atinar a moverse, sin sentirse capaz de poder abrir la boca para pedir ayuda siquiera.
Los pescadores ya tiraron sus hilos (las carnadas flotan apenas unos centímetros bajo el agua...) y se disponen a esperar. Algunos toman mate para pasar el tiempo. En medio del silencio, de los juncos, del sol, el día tiene la paz de esos paisajes de almanaque. ¿Quién, mecido por la paz del lugar, podría suponer que alguien desmaya de terror en la laguna?
El mosntruo pesa como doscientos treinta kilos; su cuerpo está semienterrado en el barro. Sus garras traseras salen de unas patas que tienen una poderosa musculatura, como un resorte capaz de permitirle un salto mortal. Sin embargo, su mejor arma, la invencible, es mimetizarse con el agua hasta casi desaparecer. Cualquiera, desprevenido, podría pasar por encima de él sin advertir que su gran bocaza oscura, con sus setenta y ocho colmillos, afilados como estiletes, podría estar abierta, a la espera de un cuerpo o dos o cincuenta y seis le penetren hasta el fondo de la garganta para... ¡¡ÑÑÑÑAMM!! cerrarse de golpe, como una poderosa compactadora de metales.
Los pescadores lo ignoran y sólo sueñan con sus botes desbordando de pescados y con la hermosa copa que adornará la vitrina del campeón de la Gran Fiesta Anual del Pescado Frito.
Ajenas a todo, las parejas de enamorados siguen felices entre los juncos...
Sólo alguien, con el alma en un hilo, ya al borde del pánico en la Laguna Verde, ve que la situación se vuelve cada vez más difícil, ingobernable, inminente...
Las embarcaciones se van acercando perezosamente; buscando peces, se acercan más y más hacia el centro de la laguna, donde el mosntruo se confunde con el agua.
Se acercan sin imaginar lo que hay allí; ya rozan con los remos, sin querer, la horrible piel viscosa, la gruesa piel verde del monstruo verde de la laguna.
Y el monstruo, que ya hace rato los ha estado viendo aproximarse, con sus cañas, sus tanzas y sus anzuelos, no puede evitarlo y tirita de miedo, se hace pis del terror. Trata de hacerse chiquito mientras se pregunta por qué su mamá se fue y lo dejó tan solito en ese horrible lugar.
Hoy, precisamente hoy, empieza la Gran Fiesta del Pescado Frito y , como todos los años, Laguna Verde se llena de pescadores que llegan desde lugares lejanos, alegres, con sus tanzas, sus cañas, sus anzuelos. Si supieran lo que está pasando, no se meterían con sus frágiles botes en las aguas, en apariencia tranquilas, de la laguna, ni remarían, buscando peces, hasta el centro mismo de las aguas mansas.
Tampoco las parejas de enamorados se perderían entre los juncos para besarse al sol. Porque... Hay un monstruo verde en la Laguna Verde. No existe en el mundo nada más horripilante que este monstruo lagunoso. Tiene dos pares de patas que terminan en sólidas garras afiladas. Su cuerpo es verde mate cocido, como el agua de la laguna. Su piel, rugosa y áspera y también viscosa por el lado de atrás. Sus ojos son amarillos pero, cuando empieza a oscurecer, se vuelven rojos como la sangre... Y, además, tiene una cola oblicua llena de púas que hace cimbrar, como una serpiente negra. De la cabeza a las patas, el monstruo mide casi cuatro metros. Sin embargo nadie lo ha visto nunca porque su piel verde se confunde con el agua verde de la laguna.
Nadie sabe que está ahí.
Nadie, no..., alguien sí lo sabe. Alguien que, sumergido hasta el cuello en el agua, está viendo algo que lo deja mudo, algo que lo paraliza de terror...
Los botecitos de los pescadores comienzan a deslizarse por la laguna, livianos como mosquitas de colores. Avanzan lentamente, sigilosos, para no alertar a los peces. Todo está ligeramente envuelto en un tranquilo silencio; apenas si se escucha el chapoteo suave de los remos al cortar el agua, y el canto alegre de las chicharras.
Ninguno imagina que, a pocos metros, alguien paralizado por el terror, con el agua hasta el cuello, tirita de miedo.
El monstruo de la laguna verde es carnívoro.
Su larguísima lengua roja actúa como un látigo de acero que atrapa, tritura y muele, igual que una multiprocesadora. Gracias a su vertiginosa lengua, el monstruo sería capaz de devorarse hasta un buey y digerirlo como a una aceituna.
En la oscuridad de la noche, sus ojos rojo-sangre parecen dos estigmas de fuego, capaces de aterrar al más valiente.
Pero ahora es de día, y alguien tiembla en la laguna; tiembla sin poder gritar, sin atinar a moverse, sin sentirse capaz de poder abrir la boca para pedir ayuda siquiera.
Los pescadores ya tiraron sus hilos (las carnadas flotan apenas unos centímetros bajo el agua...) y se disponen a esperar. Algunos toman mate para pasar el tiempo. En medio del silencio, de los juncos, del sol, el día tiene la paz de esos paisajes de almanaque. ¿Quién, mecido por la paz del lugar, podría suponer que alguien desmaya de terror en la laguna?
El mosntruo pesa como doscientos treinta kilos; su cuerpo está semienterrado en el barro. Sus garras traseras salen de unas patas que tienen una poderosa musculatura, como un resorte capaz de permitirle un salto mortal. Sin embargo, su mejor arma, la invencible, es mimetizarse con el agua hasta casi desaparecer. Cualquiera, desprevenido, podría pasar por encima de él sin advertir que su gran bocaza oscura, con sus setenta y ocho colmillos, afilados como estiletes, podría estar abierta, a la espera de un cuerpo o dos o cincuenta y seis le penetren hasta el fondo de la garganta para... ¡¡ÑÑÑÑAMM!! cerrarse de golpe, como una poderosa compactadora de metales.
Los pescadores lo ignoran y sólo sueñan con sus botes desbordando de pescados y con la hermosa copa que adornará la vitrina del campeón de la Gran Fiesta Anual del Pescado Frito.
Ajenas a todo, las parejas de enamorados siguen felices entre los juncos...
Sólo alguien, con el alma en un hilo, ya al borde del pánico en la Laguna Verde, ve que la situación se vuelve cada vez más difícil, ingobernable, inminente...
Las embarcaciones se van acercando perezosamente; buscando peces, se acercan más y más hacia el centro de la laguna, donde el mosntruo se confunde con el agua.
Se acercan sin imaginar lo que hay allí; ya rozan con los remos, sin querer, la horrible piel viscosa, la gruesa piel verde del monstruo verde de la laguna.
Y el monstruo, que ya hace rato los ha estado viendo aproximarse, con sus cañas, sus tanzas y sus anzuelos, no puede evitarlo y tirita de miedo, se hace pis del terror. Trata de hacerse chiquito mientras se pregunta por qué su mamá se fue y lo dejó tan solito en ese horrible lugar.
martes, 3 de mayo de 2016
lunes, 2 de mayo de 2016
Mayo. Mes del Libro. Día 1
Primero de mayo. Día de los trabajadores.
Historia universal Gianni Rodari
Al principio, la Tierra
estaba llena de fallos y fue una ardua tarea hacerla más habitable. No había
puentes para atravesar los ríos. No había caminos para subir a los montes.
¿Quería uno sentarse? Ni siquiera un banquillo, ni sombra. ¿Se moría uno de
sueño? No existían las camas.
Ni zapatos, ni botas para no
pincharse los pies. No había gafas para los que veían poco. No había balones
para jugar un partido; tampoco había ni ollas ni fuego para cocer los
macarrones. No había nada de nada. Cero tras cero y basta.
Sólo estaban los hombres,
con dos brazos para trabajar, y así se pudo poner remedio a los fallos más
grandes. Pero todavía quedan muchos por corregir: ¡arremangaos, que hay trabajo
para todos!
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