Texto de Cristina Anguita del 05/02/ 3013. Tomado de aquí
Por qué un adulto lee juvenil
Mucha gente se sorprende cuando digo
que me gusta alternar la lectura de narrativa adulta con libros catalogados
como juveniles, como si estos estuvieran en una categoría inferior indigna de
alguien que ya ha disfrutado de las obras para adultos. Sin embargo, cada vez
somos más los que conectamos con la literatura dirigida a los jóvenes. ¿Por qué
ocurre esto? Hay gente que lo asocia al síndrome de Peter Pan, la generación
que no quiere crecer y se queda estancada en la comodidad de los libros para
adolescentes porque su cerebro no da para más (no lo expresan de una forma tan
clara, pero transmiten esa sensación). Solo puedo decirles que se equivocan.
En mi
opinión, el principal motivo del éxito de la LJ entre los adultos es evidente:
gusta, gusta mucho, y algunos de sus géneros crean adicción, como las sagas
cargadas de aventuras y romance. Si estos libros consiguen llenar a los adultos
es porque tienen segundas lecturas o sencillamente no son tan simples como
puede creer quien los ve desde la distancia. Richelle Mead (autora de Vampire Academy) ha comentado en alguna
que otra entrevista que a simple vista resulta fácil pensar que sus novelas son
superficiales y banales por el hecho de pertenecer al género del romance
paranormal, pero que ella se esmera en la caracterización psicológica y en la
construcción de tramas consistentes. En efecto, quienes la hemos leído sabemos
que es una buena escritora que huye de las frivolidades y trabaja a fondo la
personalidad de los personajes para que no caigan en estereotipos.
En segundo lugar, pienso que muchos
adultos se sienten fascinados por la LJ porque en ella encuentran libros que no
existían cuando eran niños o adolescentes, sobre todo por la gran oferta que
existe en la actualidad en un ámbito como la fantasía y por las interesantes propuestas
de libros curiosos, como los que aúnan el texto de siempre con recursos de la
red. Lo mismo ocurre con la literatura infantil y esas obras ilustradas que son
auténticas joyas; no es de extrañar que muchos adultos caigamos en la tentación
cuando las vemos. Me parece un gesto bonito que seamos capaces de vencer los
prejuicios y nos acerquemos a este tipo de literatura con el ánimo de
pasárnoslo bien, sin ninguna condescendencia.
Además, la
etapa de la adolescencia tiene un gran interés a la hora de desarrollar una
historia. Recuerdo una entrevista a Laura Gallego en la que explicaba que le gusta
escribir sobre jóvenes porque le parece una edad muy interesante, con sus
cambios, sus dudas y su paso a la madurez; se puede decir que hablar de la
adolescencia y sus altibajos no pasa nunca de moda. De hecho, no solo se trata
en la LJ, sino también en la narrativa adulta, en la que abundan las novelas de
iniciación y las protagonizadas por niños o jóvenes.
Por otro
lado, se suele decir que la LJ triunfa entre los adultos porque es fácil de
leer y los lectores buscan libros sin complicaciones. En parte es cierto,
porque el libro más denso de literatura adulta siempre será más complicado de
leer que su equivalente juvenil, pero aun así discrepo con esta idea por una
sencilla razón: la literatura adulta también está llena de libros fáciles de
leer, tan solo hay que darse una vuelta por la lista de más vendidos para
comprobarlo. En cambio, novelas juveniles como En el camino de Jellicoe o Hija de humo y hueso son mucho más complejas que gran parte
de las novedades para adultos, así que no, no se puede encasillar la LJ como un
sector facilón por sistema.
Sea como sea,
ningún adulto debería avergonzarse ni ser ridiculizado por el hecho de leer LJ.
A muchos se les llena la boca sobre la importancia de fomentar la lectura entre
los jóvenes, pero luego menosprecian este tipo de literatura y la quieren lejos
de ellos. No, nada de eso: leer LJ puede aportar tanto enriquecimiento como la
narrativa adulta. Pienso que el buen libro juvenil es aquel que además de
gustar a su público objetivo gusta también a los adultos, como lo demuestran
clásicos inolvidables como Alicia en el País de
las Maravillas, La historia interminable y Mujercitas,
que a menudo se catalogan entre lo infantil y lo juvenil. ¿Por qué ese empeño
en considerar la LJ literatura de segunda cuando ha dado tantas joyas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario