Esas serían las palabras que el lobo hubiera dirigido a Caperucita Roja si ésta le hubiera preguntado:
-Abuelita ¿Porqué tienes ese precioso cuello de lana alrededor de ese pescuezo tan peludo?
Pero no. El lobo no tenía nada parecido para abrigarse. ¿Era tan malo por eso?
Yo podría tejerle uno como tejí estos. Pero no quiero encontrarme con el lobo. Prefiero tejer cuellos para la familia.
1 comentario:
Me encantan como te han salido estos cuellos de lana, no veas en el invierno lo bien que viene, y tu familia estara encantada.
Gracias por poner tantas cosas bonitas en tu blog!
Besitos, perla!
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