“…un día mientras ojeaba un libro, la palabra “ratón” le pareció entera y de inmediato adquirió sentido. Miró la palabra y la imagen de un ratón gris se estampó en su cabeza. Siguió leyendo y cuando entrevió la palabra “caballo”, oyó los golpes de sus cascos en el suelo y vio el sol resplandecer en sus crines. La palabra “corriendo” la golpeó de repente, y ella empezó a jadear, como si de verdad hubiese estado corriendo. La barrera entre el sonido de cada letra y el sentido de una palabra entera se había caído. Ahora, con un simple vistazo, la palabra impresa le revelaba su sentido. Leyó rápidamente unas páginas y estuvo a punto de desmayarse por la emoción. Quería gritarlo al mundo entero: ¡Sabía leer! ¡Sabía leer!”(1)
(1)SMITH, BETTY (2008) Un árbol crece en Brooklyn.Argentina.Lumen.p.172
4 comentarios:
Hola,
Vengo de nuestra casita, me ha encantado tu blog, que cosas tan bellas compartes ademas de unas delicias que vi por ahi, bueno me encantaria que te nos unieras en el blog, por favor mandame un email a : maite525@gmail.com con tus datos, nombre, pais, fecha de cumple y tu email, para que recibas la invitacion,
besitos enormes
Que fascinante el relato, gracias por compartirlo! Lo leí y me sentí retratada, cuando aprendí a leer me sentí feliz! y eso fue hace un montón de años y aun lo recuerdo! jajaja Besos desde Venezuela!
Maricruz: hace mucho tiempo que aprendí a leer, también, y no hay nada tan extraordinario. Es la llave para abrir todas las puertas de la vida. Cariños.
Que lindo, poder leer y escribir y compartir poder compartir mi blog con alguien tan especial como vos.
Me muero de risa que te levantas a ver que puse de nuevo...ja.ja
Graciasssssssss.cariños
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