Sabemos que esta fiesta no pertenece a nuestras tradiciones, pero el cine, la TV, y el comercio la han puesto de moda. Y… ¿cómo resistirse al “dulce o truco”?
Parece que la historia de Halloween se remonta a más de 500 años A.C. y tiene sus raíces en una fiesta celta.
El 1 de noviembre era el día de año nuevo para los celtas, el día de Samhai, cuando comenzaba el invierno. El día anterior, el 31 de octubre, era, por lo tanto, el fin del verano, el último día del año. Se suponía que en este día la puerta que separaba el mundo de los vivos y de los muertos se abría y los espíritus de los difuntos podían salir y apoderarse de los cuerpos de los vivos, para resucitar. Para evitarlo, los pobladores celtas ensuciaban las casas, "las camuflaban" con cosas desagradables y apagaban sus fuegos, de manera que los muertos, asustados, pasaran de largo. De ahí, dicen algunos, viene la costumbre de disfrazarse, para confundir a los espíritus.
Con el paso del tiempo, y el advenimiento del cristianismo, se estableció el 1 de noviembre como la fiesta de Todos los santos. En inglés sería All hallows. La noche anterior era la víspera de todos los santos, o sea: All hallows Eve. Pareciera que de ahí surgió la palabra Halloween
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