Cuando vi las ilustraciones de este libro pensé "Este lobo tiene cara de astuto". La historia es una vieja conocida porque la escucché desde mi infancia de boca del abuelo, y muchas otras veces a lo largo del tiempo recreada con distintos personajes como protagonistas.
Hoy me encuentro con un lobo que sobrevive gracias a esta sopa extraordinaria. Pero lo bueno aquí es que esta sopa es capaz de calentar las tripas en una noche de frío invierno y además congrega, da oportunidad para la conversación y por una noche apuñala a la soledad. En realidad este lobo tiene cara de sabio y no sólo cara. Podemos pensar que el lobo ha engañado a los demás animales. Sí, pero a cambio les ha hecho un regalo. Y me atrevo a decir que algo cambiará en ese pueblo para siempre. Un lobo viejo con un pasado seguramente sangriento ha usado su experiencia, sus conocimientos, para sobrevivir. Y un grupo de...¿animales? han aportado cada uno su experiencia para realizar primero y compartir después una sopa de piedra.
Aconsejo detenerse en las ilustraciones, donde también podremos leer mucha cosa.
No sé si la intención de Anais Vaugelade habrá sido transmitir todo esto pero un libro es en la medida de cada lector y yo tengo esta manía de ver y leer entre líneas, entre ilustraciones. Y algunos libros me hablan con la palabra escrita y otros me susurran historias no escritas pero que se han quedado atrapadas entre las páginas.
Anais Vaugelade Una sopa de piedra. 2001. Editorial Corimbo, Barcelona, para su colección Biblioteca del ratoncito Pérez. Título original "Une soupe au caillou"
No hay comentarios:
Publicar un comentario