sábado, 30 de agosto de 2008

La memoria afectiva en las baldozas

Por estas baldozas transitaron los hijos, los nietos y los bisnietos de la abuela Tota.Aquí, mi hija mayor se soltó de mi mano de repente y dió sus primeros pasos solita. Aquí jugaron los niños a la hora de la siesta.Aquí almorzamos todos juntos alrededor de una gran mesa mientras reíamos, charlábamos y arrojábamos migas de pan. En este corredor me casé y comimos nuestro almuerzo de boda. En este corredor celebramos algunas cenas navidñas y esperamos el año nuevo. Aquí instale algunas veces mi máquina de coser viajera.Aquí se sentaba la abuela vieja, Doña Petrona, y tomaba su mate con yuyitos que Débora recogía del jardín para ella.Aquí nietos y bisnietos aprendieron a andar en su primer bicicleta.
Aquí los amigos se sentaron a conversar. Aquí el Tata Lucio leía el diario. Aquí hice mi primer almuerzo en casa de los suegros.Aquí se sienta Tota a esperar que volvamos de la playa. Cuánta vida pueden esconder unas baldozas!

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