1 de enero. Temprano en la
mañana, antes de que nos “hiervan los caracuses”. Silencio. El mundo duerme. Me
he sentado a desayunar en soledad, en el patio. Jugo, pan y un café negro y
oloroso. Una página en blanco, la moneda nueva para gastar. Metáforas muy
conocidas. Pasó un año, pero como dijo alguien “el tiempo no pasa, los que
pasamos somos nosotros”. Si es así, ¿Cómo nos habrá visto pasar el 2014? Algunos
contentos por planes que se cumplieron, un trabajo , un techo, un bebé, un
problema de salud superado, un amor…Algunos no tanto, por haber corrido 365
días tras un sueño que quedó para el próximo año. Y los que atraviesan del año
viejo al nuevo juntando sus pedazos tras golpes inesperados de la vida, que
embiste a veces como un animal desbocado. Alegrías, tristezas, esperanzas,
amores y esfuerzos. Con esos ingredientes se amasa el pan de nuestra vida. ¿Qué
podemos esperar del 2015?...¡Nada! Esperemos de nuestras manos, de nuestro
trabajo, de lo que sembramos. El bien que se siembra, la palabra amiga, la
sonrisa fraterna, el tiempo dedicado a los otros, la ayuda sin alharaca siempre
vuelven de alguna forma.
Que no falte el trabajo, que no falte el pan, que
no falte la salud, que no falte la alegría. Que haya un derroche de solidaridad.
Abrazos para todos.
Qué bonito momento en soledad para pensar! Feliz Año y también deseo salud y trabajo. :))
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