«El Deseo», por Walter
Benjamin
«Se cuenta que en
un pueblito jasídico se encontraban los judíos una noche en una fonda
miserable, a la salida del Shabat. Eran todos vecinos del pueblo, menos uno que nadie conocía; pobre y
andrajoso, masticaba algo en una esquina oscura al fondo. Los temas de
conversación iban sucediéndose, hasta que a uno se le ocurrió preguntar a los
demás qué elegirían de concedérseles un deseo. Uno pidió dinero, el otro un
yerno, el tercero un nuevo banco de carpintero... Todos expresaron sus deseos
hasta que no quedó más que el mendigo en su rincón oscuro. Vacilando y a
regañadientes aceptó revelarlo también él. “Me gustaría ser un rey muy poderoso
y reinar en un vasto país y acostarme a la noche y dormir en mi palacio y que
desde la frontera entre el enemigo y que antes de que amanezca las huestes
penetren hasta mi palacio sin encontrar resistencia y, despertando
sobresaltado, sin tiempo ni de vestirme, yo tuviera que emprender la huída en
camisón y me dieran caza a través de las montañas y los valles y los bosques y
las colinas de día y de noche sin descanso hasta ponerme a salvo en este banco
aquí en el rincón. Ese es mi deseo”.
Los otros se miraron sin entender.
—¿Y qué ganarías con todo eso? —preguntó alguien.
—Un camisón».
Encontrado en el face a través de Ana Pioli
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