EL TÍTERE
En un trozo de tela quedó envuelta la
mano:
dos botones por ojos, una nariz de felpa,
un manojo de hebras de lana la cabeza
y su sonrisa ingenua, un cordón colorado.
La voz de la muchacha se quedó entre sus labios
y él solo dijo un cuento para la simple audiencia.
Se estremeció su cuerpo, tembló su cabellera
¡y vieras los pequeños, qué atentos lo escucharon
narrar sus aventuras por éstas y otras tierras!
Quisiera describirte toda aquella inocencia.
Quisiera dibujarte los rostros asombrados.
Después, todos se fueron. Y la tela fue tela,
botones los botones y otra vez hebra, la hebra.
Mas no sabes, los niños... ¡qué felices soñaron!
Carlos Marianidis
Tomado de aquí
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