Cartuchera de urgencia

Hace un par de días recibí este correo. No tienen idea de lo que me reí,a carcajadas, renglón a renglón.

Yo no conozco a la remitente pero he tenido la enorme causalidad ( Ya dije que no creo en la casualidad) y la dicha de encontrarme muchas veces con su mamá, la SEÑORA LICENCIADA (así, con mayúscula) MARÍA ROSA CAPÓ. Es una de las personas que estimo, admiro y respeto en este país. Tan grande como anónima. María Rosa ha recorrido kilómetros y kilómetros llevando libros a los niños, tratando de abrir sus ojos y de transmitir su entusiasmo por la lectura. La he asistido leyendo cuentos a niños y a padres, la he visto bajar de ómnibus, allá por Masoller, con frío, con calor, con lluvia llevando una valija de libros. Por eso, porque me has hecho reír, porque no se puede dejar de responder a un pedido tan desesperado, me puse a fabricar una cartuchera a toda velocidad, aunque sea para aliviar la angustia de haber perdido la otra. No para sustituir porque los amores no se sustituyen, pero para hacer más llevadera la ausencia porque entiendo lo de esas cositas que se juntan durante centurias y se pierden en un minuto de bobera (sin alusiones personales) Con más tiempo puedo hacer algo más elaborado. Para tan larga jornada laboral, que debe caminar más despacio que tus quelonios, lo que necesitas es la varita de Harry Potter para un rapidísimun pasaren. Aquí les pongo la carta recibida. Algunas expresiones han sido borradas porque no quiero perder una cliente potencial. Y lo de "Seré su esclava" me lo tomo al pie de la letra. Que conste en actas.Los comentarios en negro, que figuran en la carta son míos.

 Señora mamá de Débora: 

Yo soy una persona de bien.( Eso lo dices tú! En el campo hay un refrán: Alabate, pato.) 

A pesar de los 

múltiples y mal vistos oficios a los que me dedico y a pesar del

abyecto linaje que lastra mi existir,( Sí, ya sé, linaje de gente que trabaja mucho y gana poco) me gano la vida dignamente, y trato de hacer el bien a los demás. Profeso un amor inconmensurable hacia los quelonios. Todos ellos. Constanza, la que vive conmigo, es una terrestre. Pero colecciono todo tipo de objeto que verse sobre

ellas. Y acaba de ocurrirme una doble desgracia. El jueves pasado tuve

que rendir Letterature Francaise II y volar a mi trabajo (...........

............) pues mi gentil directora no me concedió   los días por

estudio. Interin, saqué unas fotocopias, para trabajar con ..........., 

y le redacté una epístola a una docente que se había portado

 excepcionalmente con nosotros. Y ahí, zas.

Extravié mi cartuchera, poseedora de un sinfín de lapiceritas de los

colores más abstrusos, juntadas con muchísimo esfuerzo (podrá Ud.

suponer que con un sueldo docente, y viviendo sola, no puedo

permitirme esos lujos de la burguesía) durante centurias.( Lo del sueldo docente lo entiendo perfectamente pero lo de vivir sola...Viviendo con compañía lo único que vas a conseguir es una jornada laboral más larga, y ahí ni el aparatito aquel de Hermione Granger te va a ayudar!) Y además, el contenedor.

La sensación de orfandad es indecible.

Pero pensé en Ud, buena mujer (Muy cierto), y en su sublime habilidad manual,(Cierto, también) que, quizás, pueda compensarme ( ¿compensarte? ¿Por estar abriendo la boca? Si no fuera que tengo varios casos cercanos a los que les pasa lo mismo con harta frecuencia donde han perdido objetos diversos y otras cosas que acá no se pueden nombrar porque también entran niños a este blog...) e inventarme una cartuchera, con una, o varias tortugas, que amenice mi larga jornada que transcurre por 6 centros educativos, inicia a las 8:30 am en Peñarol y finaliza 23:30

en Paso Carrasco.( Hay cosas que no cambian)

¿Sería Ud. capaz, de, por añadidura, hacerla con cierta celeridad?

Seré su esclava eterna ( Te has cavado la fosa)