Recuerdo que fue Ana María Bavosi quien nos habló de Harry Potter. En ese momento ya se había editado el segundo libro. Hubo que comprarlos, leerlos y de ahí a padecer esperando las siguientes entregas. Cuando comenzaron a llevarse al cine, íbamos siguiendo también desde allí las aventuras de Harry, Ron y Hermione. Pernoctamos en La Madriguera, visitamos el callejón Diagon y nos asustamos con los dementores. Mientras continuaba la saga leímos los libros relacionados: Animales fantásticos y dónde encontrarlos y Quiddich a través de los tiempos. Hasta que llegó el último que dió lugar a dos películas. Vimos la primer parte el año pasado y ahora completamos con la segunda parte en 3D, efecto que no le agregó nada al film. Insisto en que si no lees los siete libros se escapan muchos detalles.
Hay que leer también Los cuentos de Beedle el Bardo, el libro que Dumbledore dejó en su testamento a Hermione Granger.
La imagen que dejo aquí es la de Neville Longbotton, un personaje que crece a través de la saga y que cumple un papel muy importante al final de la obra y genera una de las mejores escenas de la película, lo que confirma que hasta los héroes no son nada sin los amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios